Filosofos


Vos miras con malos ojos a los bohemios que viven actuando pasionalmente y provocando las propias miserias economicas. Pero no sabes que esas miserias no se sufren del todo, son detalles efimeros de una existencia llena de altibajos de todo tipo y de situaciones sublimes.
No podemos vivir fascinandonos con este o aquel ejecutivo poderoso que acumula mansiones y millones y despreciar luego a los fragiles filosofos que viven llorando porque descubrieron esa verdad terrible: que la humanidad insiste en  equivocarse constantemente. 
Y sacrifican los gozes vanales por otros que parecen inexplicables. Y es por amor al ser humano que lo hacen sin darse cuenta siquiera de que estan trabajando para el bien de la humanidad. Porque a la vez la desprecian cuando alguien prende la tele y ellos arrugan la nariz y juzgan de trivial el espectaculo y efectivamente lo es. Ellos son distintos porque han pasado esa frontera que distingue a los iluminados de los comunes. 

Comentarios

Susi DelaTorre ha dicho que…
Gente que se divide en sumisos conscientes, inconscientes atrevidos, reinvindicativos rebeldes y todas las combinaciones posibles.
La sociedad empuja, y oponerse, ¡es un trabajoso vivir!

Qué no nos falte jamás el sentido crítico!

¡Un abrazo!
Genín ha dicho que…
Supongo que cada quien tendrá que convivir con su propia realidad, con su manera de ver las cosas, con sus gustos y principios, y ser honrado consigo mismo...
Besitos y salud
El Isáurico ha dicho que…
Ernesto Esteban Etchenique, avatar de una de las plumas mas afiladas que nos legase la Chicago argentina, construyó un aforismo que calza como anillo al dedo a la situación que vos describís: "Para el sabio, no importa la riqueza. Para el virtuoso, no importa el poder. Para el rico y poderoso no importan ni el sabio ni el virtuoso"
Unknown ha dicho que…
que se mueran esos todos que nos aplastan!!,
las cosas sn como spiral, la historia misma tiende a repetirse,
las cosas se voltean, pero vuelven a ser las mismas generaciones despues

Entradas populares de este blog

No te metas

Mil veces con la misma piedra

Pies frios