Un cuentito medio infantil que escribi hace años
Un joven decidió que estaba cansado de escribir una prosa en la que solo transmitía violencia. El primer paso era alejarse de la ciudad porque ella está bastante podrida y la gente que la habita solo usa ademanes exagerados y viaja de una forma poco placentera. Se guardó en un pueblito marino y aunque pasaba mas frio que antes, cada día su mente se iba llenando de paz y sus movimientos eran los de una persona equilibrada. Durante el día recogía los arboles que habían muerto y la gente había abandonado en baldíos. Por la noche tenía un hermoso hogar y tomaba sopa de vegetales, ya no sentía esas ansias de comer solo carne que provocan las grandes urbes con su olor a refrito y a mal humor. A la tercer semana volvió a tomar el papel y se sentó con una taza de té de ginseng a escribir. El ruido de las olas golpeaba las ventanas y un pino se movía al compás del vendaval. El joven se sentía feliz y trató de transmitir eso en su prosa. Sintió que estaba funcionando, ya no había odio en sus...