Pobre del que sea sincero
Fumo tabaco en el baño y me siento tan estúpida haciéndolo. Que frágil es el cuerpo, deseando siempre cosas que le provocan un mal, deseando como animales. El fin de semana tuvimos ese problema con esta mina C que se desbocó de tanta generosidad recibida y no pudo entender que ya era hora de dejar de exigir y ponerse a agradecer un poco.
La humildad es para los más sabios a veces. Ella adora a mi hermana pero cuando le toca hablar de mí se le nubla la mirada.
¿Cómo me va a querer si yo le digo todo lo que pienso sobre ella aunque sea cruel?
Ya dije mil veces que nadie quiere al sincero.
Yo amo a la gente que se atreve a juzgarme, disfruto cada segundo de crítica hacia mí. Y en cambio cuando me adulan me siento incómoda, por mas desinteresada y sincera que sea la adulación me molesta igual. Debe ser porque creo firmemente que no llegamos a nada si no somos consientes de nuestros errores y tratamos de mejorarlos.
Hay que verle lo bueno a todo, es verdad, pero con uno mismo es necesario, imprescindible: exigírse la perfección.
Comentarios
que se yo.
Yo te iba a elogiar el post, pero ahora resulta que los cumplidos apestan.
Si te parece, y solo a los efectos de hacerte feliz, puedo señalarte un par de mocos ortográficos.
Abrazo cuña.