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Mostrando entradas de febrero, 2010

Hay vicios y vicios

Mandrax, la historia comienza mucho antes que esta sustancia pero elegimos comenzar a narrar desde el Mandrax. En estos tiempos que corren es muy facil para las mentalidades adictivas procurarse todo tipo de sustancias ya que estan al alcanze de quien las busque y son muy variadas segun el efecto que se prefiera lograr. Pero en los anos setenta la sociedad portena aun estaba despertandose y para los jovenes curiosos las posibilidades se encontraban dentro de farmacias. Por supuesto que existian dealers ocasionales pero no eran suficientes y el ansia de experimentar era mas fuerte. El mandrax era un analgesico y tenia pocas contraindicaciones pero su efecto no solo quitaba el dolor sino que producia un estado de bienestar y comodidad. Ellos lo describen como una nebulosa flotante y risas compulsivas porque veian la realidad con otros ojos, tendiendo al humor. Cuando se acuerdan del mandrax los viciosos del 70 sonrien con nostalgia, recuerdan como iban de farmacia en farmacia con rec

Un contratiempo grosso

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Aunque no lo crean, en estas épocas, puede suceder que una madre vea los dos ejemplares de cannabis de su hija en la terraza y proceda a destruirlos. Decapitar a una belleza de metro y medio por pura ignorancia, y ser tan idiota de dejar toda una frondosa raíz que va a volver a brotar. La vida siempre encuentra por donde brotar y si no lo lograra… cree esa madre realmente que, después de semejante éxito en el experimento, la hija va a abandonar su rol de GROWER y convertirse al caretismo? Definitly not. El móvil de este crimen fue la superstición. Es triste pero con ella hemos colaborado todos alguna vez y el que diga que no, miente. A veces sin darnos cuenta. Creo que el primer paso es hablar con naturalidad de las cosas, y el segundo: escuchar. Deducimos que la madre no escuchó una vez en que la hija le dijo claramente que uno no se convertiría en yonky por fumarse un porro relajador al final del día (fue dicho con un lenguaje mas adecuado a la generación que atentamente oía pero no

Cuatro breves pero detalladas circunstancias

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-En el consultorio, la aguja entrando en la encía, el aullido sofocado cuando la pinza mueve o intenta mover la muela. Tensos todos los músculos del cuerpo. Imposible quitársela, vuelva otro día. -En un restaurante de comidas tipo autoservicio, una gran mesa repleta de manjares avinagrados y postres amargos. Un hombre de más de cien quilos se detiene complacido ante la pila de tomates Cherry. Apoyarlos cuidadosamente, uno sobre la ensalada rusa y otro sobre el vithel tonnet, experiencias que parecen provocarle una sensación mágica. Además es una trampa, los pequeños frutos rojos cubren las calorías, distraen al cónyuge reprobador. -Dormir en la cama de los padres es un sacrilegio maravilloso. No suele ser una noche apacible. Existe durante todos los sueños la paranoia de que van a entrar ellos, irrumpir en su propio espacio y van a encontrar a unos intrusos liados bajo las sábanas. El sueño se repite con diferentes características, sobresalta cada vez. La influencia paterna es a veces

Buscando inútilmente un porro que voló con el viento

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¿Quién me creería que puede encontrarse placer en buscar obsesivamente un objeto? Con una minucia detectivesca descubro el mundo nocturno que existe en los recovecos de mi terraza, debajo y detrás de las muchas macetas o entre el hueco de algunas baldosas. Un sinfín de engaños, chauchas disfrazadas del objeto buscado o cualquier ramita. Mi pequeña linterna le da un protagonismo breve a cada uno de esos espacios que para el mundo son indiferentes e irrelevantes pero para mi, en este instante único, deben ser explorados con detectivesca y hábil inspección. En algunas partes desoigo a mi coherencia cuando me grita que el objeto pesaba mucho para haber volado tan lejos. Y detestando la posibilidad de que un ser vivo haya sido autor de la desaparición en lugar de quien fue realmente acusado, el viento. Me cuesta pero decido que buscar bajo la lluvia al amanecer entre las macetas en cuclillas con una birome-linterna es una actitud completamente irracional y ridícula por lo tanto abandono